jueves, 4 de enero de 2018

UN GUIÓN CINEMATOGRÁFICO (5 PARTE)

Ya voy llegando la final de la narración de mi experiencia en el CEIP Miguel Iscar. He intentado plasmar con dosis de sensatez la experiencia en la dirección de un centro que venía marcado por un historial  de desacuerdos y conflictividad. En buena lógica no puedo aportar datos concretos ni hechos que puedan molestar a personas,  docentes, alumnos y familias, que vivieron circunstancias no deseables. Cada persona tiene razones y vivencias y, por encima de todo, eso debe ser respetado. Ya he comentado en la anterior entrada "Los ataques reptilianos conviviendo con los RRI" las dificultades que algunos alumnos, muy pocos, entrañaban y cómo intentábamos gestionarlo con las herramientas disponibles. Reconozco que en algunas ocasiones fui errático  encabezando la responsabilidad de una mala decisión. No hay mejor manual que el de la experiencia. Una experiencia que se vería frustrada cuando por el mes de marzo, en el concurso provisional de traslados me destinaron a Cantabria. Y esa era la gran decisión que debería tomar: regresar definitivamente a mi casa y mi tierra, o seguir apostando en lucha por un Centro que aún debería recorrer un largo camino para normalizarse. Muchas noches de "me voy o me quedo".

Pero en este capítulo quiero reseñar uno de los momentos más felices y gratificantes. Uno de los agrupamientos, 3, 4 y 5 de primaria, había mostrado desde el inicio muchas dificultades para mantener un clima de convivencia y cohesión entre los alumnos. No conseguíamos hacernos con la clase ni engancharles hacia algo que pudiera motivarles. Una mañana, en un ataque de ocurrencia inesperada, pensé en algo diferente, en algo que no hubieran hecho nunca: Vamos a hacer una
Momento de ensayo
película. Así que por mi cuenta y riesgo les propuse la idea y les encantó, todo hay que decirlo.  Ellos lanzaron la idea del guión en pequeños grupos. Tuve que hacer modificaciones muy severas pues su argumentario era cuanto menos macabro y terrorífico.: asesinatos, casas incendiadas, desapariciones misteriosas... Suavicé hasta el infinito parte de sus aportaciones y de ahí salió el guión de "El silencio del columpio". Como lo íbamos ensayando por entregas, aprovechaba para que ellos hicieran algunas aportaciones para la siguiente escena. Finalmente dimos con la historia definitiva. El efecto mágico lo habíamos conseguido: ellos mismos sintieron que esa película era suya. Asigné un papel
Día del estreno
a cada uno: ayudante de cámara, regidor, luces, fotos... y comenzamos la grabación. Tuvieron que pasar un par de meses hasta su estreno pues todo era laborioso. También hicieron un cómic sobre la película, los carteles y las entradas para los distintos pases que iban hacerse. Y así, el día de la presentación mundial, acudieron al colegio padres y madres, representantes del CEAS, representantes
de asociaciones de vecinos, asesores del CFIE... Fue uno de los días más emocionantes que los chicos habían vivido en el colegio y que no olvidarán en mucho tiempo.


Los meses fueron pasando labrándose más experiencias y proyectos con momentos valle y momentos  complicados, pero todo eso entraba dentro de un guión previsible. Y fue por el mes de abril cuando cometí mi gran error o equivocación. Carmen Iglesias me invitó a participar con un pequeño artículo sobre la experiencia del CEIP Miguel Íscar en la web EvaluAcción, Una web de la que me he hecho fiel seguidor por su seriedad e interés de contenidos educativos. Con el artículo que escribí "Educando con el Hashtag "Enfants Terribles" intenté plasmar todo lo positivo que centros de este tipo pueden aportarte en tu tarea profesional. En una de sus frases, que cito textualmente, escribí: "Es lo que se denomina un centro gueto de etnia gitana al 100% de su alumnado" Esto indignó a algunos sectores educativos achacándome de ser yo el que categorizaba al centro como un gueto. La hipocresía a veces no tiene límites y la falta compresión lectora es aún peor cuando  no se entiende "lo que se denomina". Pero no conforme con el escarnio quince días después de su publicación Pepito Grillo, supongo que un pseudónimo, escribe un comentario tremendamente destructivo con lindezas como esta  "Factores como la tensión diaria o el miedo que tus compañeros deben vivir a diario, intentando educar a personas que no tienen reglas y que se valen del insulto y de las agresiones como armas de comunicación. Un centro de educación primaria donde el lenguaje verbal es propio de una cárcel, y el escrito no llega a ser ni el de la peor clase de infantil de cualquier otro centro. Eso sí, el lenguaje tecnológico debe ser fantástico"
Y fue ahí cuando me dejé llevar por la frustración y la impotencia, y decidí que mi trabajo había terminado. El rechazo, la hipocresía, el estigma y la acusación serán barreras insalvables. Hagas lo que hagas todo será en balde. Era el momento de volver a casa y abandonar el barco. La batalla se había perdido. Perdón, mi batalla yo solo la había perdido. "Un buen maestro nunca abandona a sus alumnos" Afortunadamente aún quedan buenos maestros/as que aún siguen peleando por cambiar el Centro contra el rechazo y el estigma.

continuará y finalizará

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