miércoles, 16 de septiembre de 2015

LA EDUCACIÓN RURAL EN NICARAGUA: ENTRE LA REFLEXIÓN Y LA ESTUPIDEZ DE COMPARAR

Una vez que terminó mi viaje a Nicaragua y vivir en primera persona el extraordinario trabajo que la asociación "Hijos del Maíz" realiza en San Blas, una población rural muy cerca de Granada, quiero compartir en este Blog un vídeo que realicé en la escuela pública de El Sitio, en San Blas.

Esta escuela pertenece a un conjunto de centros rurales de aproximación geográfica (lo que en España serían los CRA en Ed. Infantil y Primaria) que reciben el nombre de NEER cuya cabecera es el Centro Educativo  Berta Pacheco.

Los centros están en el ámbito rural de Nicaragua. He aquí el primer punto de distinción. Si hablamos de entornos rurales en Nicaragua no podemos equipar en nada a los ámbitos rurales en España. No describiré estos puntos de distinción pero se pueden imaginar: pésimas comunicaciones, carencia de servicios básicos y un largo etc.


Con respecto a la escuela, esta en concreto, comparte horario de mañana y tarde, acudiendo los "chavalos" de primaria en horario de mañana y secundaria en horario de tarde. Los grados son fáciles de entender: de 1º a 11º (1º-6º Primaria, 7º-11º Secundaria)

Las carencias en cuanto a recursos quedan reflejadas en este vídeo pues tuvimos la suerte y la disposición para que dos profesoras se secundaria, M Elena y Gemma, nos explicaran este déficit de materiales e infraestructuras básicas. Hablamos de luz, de pupitres, y de servicios. Eso ya nos da una idea de la situación. Creo que sobran todas las palabras y explicaciones. Si se visualiza este vídeo, un poco largo pero creo que interesante, nos podemos hacer cargo de la situación.

He escuchado cientos de veces la frase "estamos para quejarnos aquí viendo lo que hay allí". Decir que en cada lugar las circunstancias son diferentes por tanto no equiparables y que todo lo que suponga una mejora siempre será bien recibida y que si es menester debe reclamarse todo aquello que sea susceptible de mejora. Otra cosa diferente es la queja por la queja, la excusa de no hacer porque no tengo; esa sinceramente me repele y también la he escuchado con cierta frecuencia. Y de eso creo que podríamos aprender muchas cosas de los docentes nicaragüenses del El Sitio. Nos sorprendió como, ante la necesidad de un templete que sirva de escenario para sus actos culturales, lo construyen entre toda la comunidad con botellas rellenas de arena, piedras y cemento que compran vendiendo dulces. Todos participan con entusiasmo  por llevar a cabo este proyecto, aunque en sus ojos se refleje la decepción de no recibir los apoyos institucionales que se merecen. Esa es una de la lecciones más grandes que he aprendido.