miércoles, 30 de diciembre de 2015

SOSPECHAS INFUNDADAS

Ha llegado el momento de cerrar los acontecimientos producidos en los últimos días de junio de 1910 en Ciudad Rodrigo. El nuevo crimen del Asesino Renacentista frente a la puerta de la Casa del Ceño o Casa de los Miranda Ocampo, que ya relaté para mis queridos y exiguos lectores en número, que no en capacidad de intelecto, con las entradas anteriores (veáse la trilogía del Anarquista Furibundo y el pasaje de El misterioso caso del bigotón y la tinta china) llevó a los  tres estudiantes del Colegio San Cayeto, acompañados y dirigidos por Leonarda, a investigar el comprador  del mostacho artificial y la tinta china roja. Vamos a los hechos.


Era lunes, concretamente 28 de junio, y como se acordó el día anterior,  los cuatro jóvenes quedaron frente a la Puerta del Registro. José María, el más puntual, esperaba a sus dos amigos y a Leonarda, su secreta admirada, viendo el devenir  cotidiano del pueblo. Qué distinto era  todo de su ciudad natal, Santander: olor, paisaje, bestias campando por los glacis y exhabruptos como saludos matutinos que mostraban una cordialidad, si se quiere un poco primitiva, pero sincera y de corazón:
- ¡Yeeeeeeahhhh! ¿dónde va uhtez hoy, gañán?

Cómo era posible que en apenas seis meses de estancia en la ciudad castellana se hubiera enamorado de esta tierra. Se sentía libre, querido por sus nuevos amigos y secretamente enamorado de la prima de Clarisa "la larga", nombre que evitaba decir para no delatar su temblor de labios y sus gallos pubertinos.

Después de sufrir la habitual impuntualidad de Gabriel, que justificó con una sucesión de incoherencias difícilmente creíbles, tomaron la Rúa Vieja, antes Calle Tabernilla del Vino Blanco y hoy Calle Madrid, para ir a la tienda de disfraces "Justino".
-Dejadme a mí tomar la riendas de la investigación, Con mi facilidad de verborrea y tesón, pronto daremos con el sagaz homicida, y la muerte del desgraciado fiambre  esclarecida.- Interpuso Gabriel antes de entrar en la tienda de disfraces.

Sus acompañantes se miraron con incertidumbre y preocupación pues cuando en  Gabriel afloraba la vena poética, normalmente los lunes por la mañana embriagado por el efímero encuentro con Clarisa  en la Iglesia de San Andrés, algo solía salir mal.
- Buenos días señor Justino, Sin demora ni titubeos, y mucho menos rollos macabeos, díganos qué cliente o ciudadano ha comprado como parroquiano, este bigotón fraudulento, sin el más mínimo amedrento.

Gabriel le mostraba el bigote cogido por el pulgar y el índice mostrándole el peludo objeto. Éste bamboleaba como un reloj de péndulo diseminando un olor a orín cada vez más pestilente.
- Diablos ¿a qué demonios huele esto?- le contestó  Justino sin atreverse a coger el mostacho de artificio- Sí, este bigote es de mi tienda pero ahora no recuerdo quién lo compró.
- Quizás esta modesta calderilla,  haga que su mente de morcilla, regurgite un efímero recuerdo que nos saque de este entuerto.

Gabriel dejó encima del mostrador unas monedas de valor ínfimo y se le quedó mirando fíjamente a los ojos esperando una respuesta.
- Mira chaval, te voy a dar un sopapo que vas a salir de aquí volando y no te van a quedar dientes para recitar más poesía.
-Discúlpele- interpuso Leonarda-, ha tenido un mal día. No tiene mala fe en sus comentarios pero hacer rimas de manera forzada le conduce a meter la pata constantemente. Nos es muy importante saber quién compró este bigote para devolvérselo pues creemos que lo perdió en un duelo... a mamporrazos en las cañoneras.
-Bien, creo recordar que este bigote lo compró ese personaje extraño que ha llegado a Ciudad Rodrigo hace unos meses.
-¿Pero quién?- repuso Gabriel con ansiedad  mientras recogía las monedas que había dejado en el mostrador.
- El redactor ese de "Columnata Farinata"; Es un buen cliente. En las últimas fechas me ha comprado barbas postizas, gafas oscuras y alguna que otra peluca. Si no fuera por él mis ventas se hubieran visto reducidas a cero. Ojalá tuviéramos un par de carnavales taurinos al año. Escribo al Ayuntamiento todos los meses para lanzar una propuesta carnavalesca veraniega  aduciendo que eso favorecería el comercio local, pero el Concejal Antonio Galán, me responde en vivo con una negativa breve pero taxativa: "Ni de coña inútil. Más te vale que vendieras productos chacineros de la tierra y no estas patrañas paganas"

Sin terminar su lamento los cuatro salieron de la tienda del señor Justino con un "hasta luego" al unísono.
-Diablos,- exclamó José María- el Asesino Renacentista es el redactor de Columnata Farinata. Creo que debemos comunicárselo de inmediato a nuestro profesor Celorico. Recordad que él nos puso el reto de descubrir al asesino.
- Lo hemos conseguido chicos. Hemos resuelto el caso- dijo con orgullo Isidoro.
- Somos implacables al malhechor, héroes farinatos que pasaremos a la posteridad. Nuestros nombres colgarán en las calles por los siglos de los siglos. ¡Viva el anarquisismo!

El vítore de Gabriel sobraba por completo pero él era así y había que dejar que  explayara su entusiasmo
-¿Y el móvil? 
- ¿Qué móvil ni que ocho cuartos? Somos héroes Leonarda. Tú y tu prima estáis invitadas cuando nos condecoren. Seré el primer héroe poeta de los tiempos modernos. 
- No hay crimen sin un móvil, sin un motivo. -le contestó Leonarda un poco enfadada- La gente se mata por una linde, por celos, por robos o engaños. Hay hombres que incluso matan a palizas a sus esposas por el simple motivo de ser mezquinos y machistas. Algo no me cuadra. Creo que debemos ir a la librería de Adolfo Cuadrado. Quiero recordaros que aún debemos investigar la misteriosa tinta china roja que bañaba la Calle Sepulcro y que cualquier idiota podía darse cuenta que aquello no era sangre.

De manera sucinta había llamado idiotas a los tres jóvenes. José María e Isidoro se sintieron aludidos pero aceptaron con la cabeza baja la sutil reprimenda. Gabriel, por su parte, sintió como su sueño de ver en la Plaza Mayor la Placa  "Plaza  Gabriel San Juan" se disipaba por completo.

En la librería de Adolfo Cuadrado dejaron que Leonarda tomara la palabra y que Gabriel ocupara un lugar más discreto so riesgo que nuevos versos colmaran la paciencia de los comerciantes con las consiguientes amenazas de bofetones.
- Buenos días, quería comprar tinta china de color rojo; un rojo sangre a ser posible.
- ¿Tinta china roja?- le contestó con extrañeza el librero-. Agotado. Tristemente no me queda ni un solo tarro. Hace bien poco se llevaron los cuatro botes que me quedaban. Bien pensé que me los comía con patatas y ahora, en menos de una semana, tengo demanda a tutiplén.
- Qué lástima. Necesitaba ese tipo de tinta ya que me entretengo, cuando termino de ayudar a mi madre en la tareas de la casa, a la decoración y policromado de figuritas de porcelana. ¿No sabrá usted quién se lo ha comprado? Quizás pueda llegar a un acuerdo y que él mismo me pudiera vender un poco.
-Seguro que te lo da amablemente sin que le hagas una oferta. Es un buen hombre, un poco taciturbo y ensimismado en sus pensamientos, pero muy amable y educado.
- Sí, ¿pero quién?
- Seguro que alguno de estos tres chicos le conoce bien si estudian en el Colegio San Cayetano. Es el profesor Celorico Sánchez Toribio.
Los tres chicos se quedaron blancos y estupefactos. Leonarda sin perder la expresión de amabilidad de su cara le dio las gracias a Adolfo despidiéndose con suma cortesía.
- No puede ser.
- No es posible.
- El asesino no puede ser nuestro profesor, él es el mejor del mundo.
- Puede ser una triste coincidencia chicos. Os repito que necesitamos un móvil y ...
- ¿Por qué nos manda averiguar unos crímenes que él mismo está llevando a cabo?- Dijo José María casi con lágrimas en los ojos.

Gabriel se fue a su casa sin despedirse muerto de rabia y tristeza. Nunca había tenido un profesor que le valorara tanto, que leyera con tanto entusiasmo sus cuentos y poemas incompletos. José María idolatraba a sus profesor Celorico contado a sus padres todas las enseñanzas que de él recibía. Isidoro lo veía como el padre que siempre quiso tener.

Les ganó el corazón desde el primer día que estuvieron en su clase.
"Dejadme el Ministerio de Educación y cambiaré el mundo. Comenzará con mi linchamiento" Era la frase que tantas veces repetía Celorico y que percutía en el alma de los tres jóvenes: "Antes que a usted le pase nada lo defenderemos con nuestra vida".

Mientras tanto, el Asesino Renacentista se vanagloriaba de haber llevado a los jóvenes investigadores por la senda de la sospecha infundada preparando un nuevo golpe mortal. ¿Y qué mejor fecha que la conmemoración del Centenario de la heroica defensa de Ciudad Rodrigo contra las tropas francesas?


PRÓXIMO LIBRO
EL ASESINO RENACENTISTA DE LAS CUATRO CALLES



jueves, 12 de noviembre de 2015

EL MISTERIOSO CASO DEL BIGOTÓN Y LA TINTA CHINA

Después de haber relatado con notable éxito los hechos acontecidos la noche del 26 de junio de 1910 sin haber escatimado, como prometí,  numerosos datos y sucesos escabrosos (golpes, insultos, sangre y una inoportuna y desgraciada meada al amparo de la muralla civitatense), no puedo por menos seguir relatando para mi querido lector lo que aconteció los días posteriores. Sí he de advertir que si no se lee la trilogía del anarquista furibundo y que, muy amablemente por mi parte,  enlazo para que no pierdas ripio ( primera parte, segunda parte , tercera parte), no te enterarás de nada y dormitarás entre una lectura inconexa y sin ningún sentido. Tú mismo.

Isidoro, José María y Gabriel quedaron como de costumbre  en el parque de la Glorieta antes de ir a la misa matinal del domingo, en la iglesia de San Andrés. Aún guardaban la excitación de la noche anterior y no pegaron ojo dándole vueltas a todo lo que habían vivido. Circunspectos Isidoro y José María apenas se hablaron pues seguían pensando en la ficticia sangre, el siniestro mensaje, y el ridículo mostacho de mentirijillas, todavía en el bolsillo de Isidoro. Gabriel por su parte iba con una sonrisa enorme pues era el día del Señor, y el día del Señor tocaba ver a su amada Clarisa "la larga" o "cuello de jirafa para besar la luna" como a él le gustaba denominarla debido a su enorme estatura. Clarisa siempre iba acompañada de su prima Leonarda  a la iglesia de San Andrés  quien, por su parte, había hecho buenas migas con los tres jóvenes. "La larga" o "cuello de jirafa" en cambio,  los ignoraba absolutamente, especialmente al más pequeñajo, ese del flequillo sobre los ojos  que decía ser poeta pero que a ella  le parecía un enanito entrañable sin desarrollar.

A la salida de la iglesia se encontraron, intencionadamente pero como quien no quiere la cosa, en la puerta.

- Leonarda yo me voy a casa. ¿tú que vas a hacer?- Viendo  que su prima querría conversar con los chicos

Leonarda dudó por un momento la respuesta pues lo que más deseaba del mundo era estar con los tres estudiantes del Colegio San Cayetano de los cuales se había hecho amiga y socia en las investigaciones detectivescas del caso del  asesino renacentista.

- No, yo creo que me voy a quedar a ver qué me cuentan "estos"-. El "estos" lo dijo con cierto desprecio para simular su ansiedad por saber si algún nuevo crimen se había producido.

-Está bien, pero no tardes en venir a casa.
-¿Quieres que te acompañe para que no vayas sola y pueda defenderte del algún desalmado asaltacaminos?- le dijo Gabriel sin pensarlo dos veces cómo era su costumbre.

La incertidumbre de saber cómo sería la demoledora respuesta y posterior aniquilamiento y humillación del poeta que la miraba con ojos brillantes, les mantuvo a todos en vilo, excepto a Gabriel que seguía con cara de tonto sin imaginar el vendaval que le podría venir encima. Un breve silencio de fuego se hizo en ese momento pareciendo una eternidad

- No, gracias

Todos resoplaron aliviados por no ver un escarnio público que hundiera la sensibilidad de Gabriel. Bueno , todos menos Gabriel, que aún mantenía dibujada en la cara una sonrisa bobalicona

Después de ese desencuentro que no pasó a mayores, José María e Isidoro le contaron a Leonarda todo lo que aconteció la noche anterior: el discurso del anarquista, los guantazos de Antonio Galán, el hombre muerto frente a la casa del Ceño, el bigote postizo, la sangre....

-Un momento. ¿queréis decirme que el bigote es postizo?
- Aquí lo tienes. Yo mismo me lo guardé en el bolsillo- le interrumpió Isidoro.
-¡Diablos, que mal huele esto! ¿Pero dónde lo habéis tenido?... huele como a ...

Antes que Leonarda dijera nada más, José María la interrumpió de sopetón con nuevos datos pues era lista como un águila y  podría descubrir  sin mucho esfuerzo que el bigote hubiera sufrido algún accidente de corte fétido y repugnante.

-Tenemos la sospecha que la sangre también es falsa, Leonarda- a José María le temblaba la boca cada vez que pronunciaba su nombre.
-Vayamos al lugar del crimen.  Es posible que aún queden restos.

Ya en la escena Leonarda no tardó ni dos segundos en dar su veredicto sobre el misterioso fluido rojo dejando a todos estupefactos:

-Es tinta china.
-Sangre ya sabia yo que no era- apostilló Isidoro para no quedar demasiado en ridículo- pues en las muchísimas  matanzas de marranos que he hecho suelo encargarme de remover la sangre en el barreño para las morcillas...

Antes que siguiera Isidoro narrando sus aventuras de matarife en las fincas de Retortillo, Leonarda les convocó a los tres a primera hora de mañana del día siguiente para visitar la tienda de regalos y disfraces de Carnaval  Justino, y la librería  Adolfo Cuadrado. 

-Debemos saber quién ha comprado un bigote postizo y tinta china de color rojo estos últimos días. Si hubiera coincidencia, señores,- tomó aire y engoló un poco la voz para dar grandiosidad a la frase lapidaria- habremos descubierto al asesino renacentista.  Y ahora he de marcharme que ya sabéis que no está bien visto que una chica esté acompañada de tres mozos. Mañana nos vemos.

-Hasta mañana Leonor. A José María, además de volver a temblarle la boca por pronunciar su nombre, emitió, para su vergüenza, un gallo diatónico nada melodioso. Afortunadamente para él sus dos amigos no notaron nada. Leonarda sin embargo, al darse la vuelta, cerró los ojos con emoción y con la  sonrisa  de una enamorada.

Mientras tanto el asesino renacentista preparaba minuciosamente un nuevo golpe mortal; esta vez con una repercusión de dimensiones planetarias. ¿Por qué no el día que inauguren las Escuelas Graduadas del Arrabal de San Francisco? ¿Porqué no el mismo día  que se conmemoren los actos del centenario de la defensa mirobrigense sobre las tropas francesas? Lugar, víctima y fecha ya estaban seleccionados para satisfacción del homicida. Antonio Galán, ese engreído Concejal de Seguridad Ciudadana sufrirá un nuevo revés haciéndose notoria su incompetencia  para desempeñar un cargo público viéndose coartadas las aspiraciones de ser el próximo Alcalde  . Jugada perfecta. Por los tres estudiantes y la joven pizpireta lista como un águila no hay que preocuparse, aunque puedan acercarse mucho y estar frente a sus narices, jamás le descubrirán. Solo hay que agudizar las precauciones y no dejar un hilo suelto.

PRÓXIMO LIBRO
EL ASESINO RENACENTISTA DE LAS CUATRO CALLES


sábado, 7 de noviembre de 2015

EL ANARQUISTA FURIBUNDO 3 Y ÚLTIMA PARTE

Los hechos de la aciaga noche del 26 de junio y madrugada  del 27 estaban sucediendo con una celeridad y carga emotiva difícil de asimilar en una villa, la mirobrigense, poco acostumbrada a revueltas sociales con discursos anarquistas de por medio y a asesinatos selectivos y cruelmente  sanguinolentos. Tanto el Sr Atienza, el famoso anarquista que tuvo que hacer noche bajo el puente romano para evitar ser apaleado por la masa, como el asesino renacentista, descansaban sofocados al amparo de una cúpula  moteada de  estrellas con sensaciones diferentes; uno muerto de miedo y rabia, y el otro, con la sonrisa de ver cómo sus planes homicidas previamente planificados se iban fraguando inexorablemente.


Anacleto Pastor, el enterrador municipal, apenas tardó unos instantes en personarse en las Cuatro Calles con el carromato fúnebre tirado por una mula  y recoger así al exánime  bigotudo. Antonio Galán y los tres guardas municipales le dirigieron la maniobra  pues imaginaban que, como de costumbre, estaría totalmente beodo y no acertaría a cargar con el muerto a la primera.



-¡Vamos, rápido Anacleto, llévate al despojo de aquí que me estoy poniendo enfermo!- le increpó el Concejal mostrando su fama de autoritario. Manolo el guardia, por su parte, seguía apuntando, en la misma libreta que horas antes había señalado insurrectos anarquistas, pruebas  y pistas del suceso: hora posible del homicidio, sangre en el suelo, tiro en la sien y otra serie de obviedades para cabreo de Antonio:


-¡Manolo, deja de escribir chorradas en esa libreta de mierda y ayuda al borracho este!


Manolo y Anacleto miraron con sumisión al señor Concejal pero heridos por su comentario gratuito y despectivo. Puede que Manolo escribiera "chorradas" pero no dejaban de ser pruebas concluyentes, y puede que Anacleto estuviera totalmente borracho como acostumbraba, pero esa noche esta sorprendentemente sereno. 


Cargó el enterrador con el fiambre como quien carga con una ternera abierta en canal y lo acomodó en el carro con sumo cuidado y mimo.


- ¡Vamos Anacleto , por favor, que es un muerto y lo estás tratando como a una bailarina!- le recriminó nuevamente el Concejal de Seguridad Ciudadana.



Casa del Ceño. Lugar de los hechos.
Despejada la calle, el enterrador tomó  dirección a la Puerta del Sol para dirigirse al cementerio municipal. Por su parte, Antonio Galán y los tres guardias,   tomaron rumbo al Ayuntamiento para recabar información y abrir las pertinentes diligencias, no sin antes pasar por la redacciones de los diarios locales Avante y La Ibera y advertir a los redactores que de lo acontecido frente a la Casa del Ceño ni una letra impresa so riesgo  que se les aumentara el impuesto municipal desproporcionadamente. La advertencia surtió efecto; ni una sola letra impresa del crimen.


Los tres estudiantes aún seguían  escondidos en el portal de la Calle Sepulcro presenciando toda la escena. Cuando vieron que la calle estaba totalmente despejada fueron a husmear el atroz escenario. Isidoro advirtió un objeto negro y peludo frente a la puerta de la casa de los Miranda Ocampo y fue a examinarlo.



-¿Es una rata de cloaca esa cosa?- le preguntó Gabriel

- No-, le contestó Isidoro mientras lo cogía con las manos-es el bigote del muerto.


José María expuso que la posible la trayectoria del tiro en oblicuo le hubiera arrancado el bigote de cuajo. Rápidamente fue rebatida por Isidoro que no observó restos de epidermis en el mostacho.



-Entonces...¿es un bigote postizo?- puntualizó Gabriel mientras se lo quitaba de las manos a Isidoro para ponérselo bajo su naríz.

-¿A que ahora sí que parezco un anarquisista de verdad?-Les dijo Gabriel a sus amigos con el bigote tapándole prácticamente la boca.


Otro detalle que observó Isidoro fue el reguero de sangre. Para cerciorarse de su sospecha se arrodilló sobre el rojizo charco y acercó la nariz como un sabueso.


- Esta sangre no es de verdad. Aún es demasiado líquida. Ya se tendría que haber coagulado y además... no huele a sangre. Todo esto es muy extraño, ¿no creéis?

Los tres amigos tomaron la Calle Muralla dejando la escena del crimen atrás pues allí ya no había nada que rascar.


-¡Un momento! ¿recordáis lo que nuestro profesor Celorico nos dijo sobre la inscripción que hay bajo el alfiz de la puerta de entrada? "Mortali in vita requies mors, tu sola laborum"- Inquirió José María haciendo gala de su portentosa memoria.

- "Oh muerte, tu sola eres el descanso de los trabajos de esta vida mortal" tradujo Isidoro al instante.


Y mientras los dos amigos hacían cábalas intentando interpretar el siniestro mensaje y la relación que tenía con el asesinato, a Gabriel le entraron unas ganas espantosas de orinar en la inspiradora muralla que parecía estar construida para su micción y no para heroicas defensas del pasado. No conforme con echar una meada al uso quiso escribir sobre la muralla "Viva el anarquisismo". La "v" le quedó perfecta pero la i del viva entrañaba una maestría fuera de lo común pues debía hacer un taponamiento del conducto para que el chorrete fuera preciso con el punto. Con tanta filigrana el bigote del muerto que aún tenía puesto terminó por despegarse del todo y cayó al suelo. Este inesperado inconveniente le hizo perder la concentración y con falta de coordinación óculo manual apunto directamente al lugar donde había caído el mostacho postizo para embadurnarlo con el último ímpetu de su orín.



- Gabriel, acabas de echar a perder la única prueba concluyente que teníamos- le dijo José María

- De eso nada.- Y sin ningún miramiento Isidoro lo recogió  aún pingando y lo metió en el bolsillo de su pantalón.


El inteligente asesino renacentista había seleccionado meticulosamente la casa nobiliaria dejando una clara pista con la interpretación del deteriorado mensaje que reposa aún hoy en el entablamento de la casa de los Miranda Ocampo; una broma pesada de ser interpretada por el anarquista Sr Atienza si su lucha obrera y campesina se viera reducida a "oh muerte tu sola eres el descanso de los trabajos de esta vida mortal"



El Sr Atienza tomó de madrugada el largo camino que le llevaría a pie hasta Salamanca acompañado de los cinco estudiantes universitarios y pensándose seriamente dejar la lucha para volver a su Málaga natal. Quién sabe si para trabajar de panadero; lo único que verdaderamente sabía hacer. Echó  la vista atrás y miró desolado  Ciudad Rodrigo pensando: "efectivamente era un pueblo de mierda y jamás se producirá la revolución obrera y campesina en un sitio como ese"



PRÓXIMO LIBRO
EL ASESINO RENACENTISTA DE LAS CUATRO CALLES




sábado, 31 de octubre de 2015

EL ANARQUISTA FURIBUNDO 2 PARTE

El discurso del Sr Atienza, como ya reflejamos en la primera parte, comenzó tibio, dubitativo y nervioso ante la expectación de sus correligionarios. No así ante sus refractores deseosos de encontrar una chispa incendiaria para liarse a guantazos con los palmeros del anarquista. Con tono agresivo el Sr Atienza viró hacia  temas espinosos tildando al clero de retrogrado,y moralino. Más agresivo estuvo aún cuando sostuvo con vehemencia  la carencia  de callos en las manos de los sacerdotes que regala  el duro  trabajo del campo  por unas manos delicadas y femeninas que repartían  hostias entre el rebaño.  "¡cuando nuestras asambleas campesinas y obreras lleguen al poder, la desamortización de Mendizábal será un piscolabis en comparación con lo que les vendrá encima, camaradas!"

Una amplia sección de asistentes abucheó enfervorecida al Sr Atienza produciéndose los primeros altercados. Comenzaron los conatos de agresiones selectivas hacia los que no habían abucheado o habían aplaudido tímidamente la arenga anticlerical. El ambiente se estaba enrareciendo de manera acelerada y con un inoportuno cierre de discurso  hasta el borde de la locura cegata, remató catalogando a la monarquía de mongólicos, hemofílicos y puteros. Se produjo entonces una revuelta sin parangón: golpes, insultos, conato de agresión por cuatro mozos de Sancti Spiritus que intentaron subir a la tribuna para dar su merecido al insurrecto malagueño  y, entre toda la algarabía, un pequeño incendio en el palco superior.

El Sr Atienza escapó escoltado por los universitarios saliendo por la puerta trasera del teatro que, con mucha prevención y sagacidad, habían forzado los estudiantes durante el discurso

- ¡¡¡¡Sabotaje, sabotaje!!!! - gritaba el Sr Atienza fuera de sí. 

Huyeron fuera de murallas hasta cobijarse esa misma noche bajo el puente romano que separaba la ciudad del miserable barrio de El Puente, todavía medio en ruinas a causa de la inundación del 22 de diciembre del año anterior

Los policías municipales y  especialmente el Concejal Antonio Galán, se emplearon a fondo dando cachiporrazos y bofetones a los que previamente había anotado en la lista  Manolo el Guardia. Este, por su parte,  seguía escribiendo en la libreta no se sabía muy bien el qué, pero sin muchas intenciones de desenvainar  la porra, La única salida habilitada del Teatro se había convertido en una ratonera para los que aquella noche del 26 de junio acudieron al "meeting" sin otra intención que escuchar al afamado revolucionario y que eran, para su propia desgracia, sospechosos de ser señalados como acólitos de  ideales anarquistas. También se emplearon a fondo los cuatro mozos de Sancti Spíritus que no tenían muy claro porque repartían puñetazos a diestra y siniestra pero que debían cumplir la misión que el concejal les había encomendado días antes  a cambio  de ocho cuartales de pan hechos con harina fina y dos botellas de vino tinto peleón. También participaron activamente en la represalia otros asistentes de corte conservador sin más intención que boicotear el acto violentamente. Objetivo cumplido.

Entre todo ese follón de golpes e insultos Gabriel, promovido por la emoción de la revuelta gritó en la antesala del Teatro 

- ¡Viva el anarquisismo! - movimento engendrado por él unos instantes antes de entrar al Teatro Nuevo

Esa temeridad de poner las cosas peor de lo que estaban, habitual en Gabriel, llamó la atención de Antonio Galán que viendo que el vítore provenía de uno de los tres "imbéciles" del Colegio de San Cayetano armó el brazo como quien disputa un punto decisivo de pelota  centrando su objetivo en el que más abultaba de los estudiantes: Isidoro.   Cuando el sopapo parecía inevitable un grito  dominó la escena deteniendo la pelea "ipso facto", para suerte de Isidoro que quedó incólume de una marca en el moflete

-¡Hay un muerto en las Cuatro Calles! ¡Han asesinado a un hombre!. 

Buena parte de los asistentes, agredidos y agresores, siguieron a los tres guardias y a Antonio que corrieron hace el punto del suceso, el cruce entre las Cuatro Calles y la Calle Sepulcro, frente al palacio de los Miranda Ocampo, o como era conocida por todos: la Casa del Ceño.

El cuerpo de un hombre desconocido  yacía tendido  en el suelo con la sien agujereada a causa de la deflagración. Un reguero de sangre  firmaba de rojo la horrenda escena frente a la apuntalada puerta de entrada de la casa nobiliaria . El hombre anónimo, vestía elegantemente un traje de paño fino veraniego. Sobre su cabeza aún permanecía inalterable un sombrero de bombín enroscado concienzudamente que, pese al disparo, aun permanecía sujeto al troncho  como si de una sola pieza se tratara. Pero sin duda, lo que más llamó la atención de su aspecto, fue el poblado mostacho que gastaba el finido con la puntas afiladas y enroscadas cual cornamenta de búfalo.

- ¡Maldito asesino!- gritó Antonio Galán frente al cadáver-. ¡Juro que daré contigo, aunque sea lo último que haga!

Después del grito juramentado, un silencio atroz y mortal inundó la escena de estremecimiento entre los curiosos pues Antonio, fuera de sus cabales, causaba pavor, No hizo falta decir nada más para entender que viandantes y fisgones sobraban en la calle.
Calle Sepukcro

Isidoro, Gabriel y José María hicieron el amago de marcharse tomando la calle Sepulcro hacia arriba. Sin ser vistos por nadie, se escondieron en un portal que aún les diera la visión del suceso.¿Cómo se iban a perder un nuevo homicidio del asesino renacentista sin recabar alguna pista del suceso?

Lo mismo pensó "El López", editor, columnista y director de la gaceta quincenal "Columnata Farinata" que también se escondió en un portal frente a los estudiantes para recopilar la carnaza necesaria en su próxima e impactante publicación. Los tres estudiantes se quedaron paralizados y muertos de miedo al ver cómo se guarecía  frente a ellos este extraño y siniestro personaje de poblada barba ataviado siempre  con un gorro que cubría parte de sus oscuras gafas. Un cruce de miradas fue suficiente para entender que allí sobraba alguien. El López salió corriendo como alma que lleva el diablo hacia la muralla y perderse entre los glacis.

Y no lejos de allí, difuminado entre las piedras de Ciudad Rodrigo, agazapado hasta asestar su próximo golpe mortal, el asesino renacentista escuchaba para su satisfacción los juramentos del Concejal.

(Continuará)


PRÓXIMO LIBRO
EL ASESINO RENACENTISTA DE LAS CUATRO CALLES


miércoles, 21 de octubre de 2015

EL ANARQUISTA FURIBUNDO. 1 PARTE

El sábado 26 de junio de 1910 era una noche cerrada de estrellas en Ciudad Rodrigo. Una noche perfecta para tomar el fresco del recién inaugurado verano tras un calor sofocante de la tarde. Una noche no tan perfecta para acudir al "meeting" en el Teatro Nuevo que el Sr Atienza, anarquista recalcitrante, ofreciera a la concurrencia mirobrigense, ávida supuestamente de soflamas anticlericales y otros brindis gratuitos de rebeldía e insumisión. Una noche maravillosa para que el asesino renacentista asestara otro golpe mortal a algún desgraciado viandante que pasara cerca de algún palacete del cincuecento. Lo cierto es que se dieron esos tres casos en la citada noche  y otros muchos sucesos que describiré sin reparar en detalles escabrosos para gusto del morboso lector que estará deseoso de oler sangre y satisfacer así sus instintos más ocultos. Vamos a los hechos y dejémonos de preámbulos literarios que no nos llevan a ninguna parte.

El único medio de prensa local que anunció el evento en el Teatro nuevo del Sr Atienza  fue el rotativo anarquista-sensacionalista  "Columnata Farinata", editado, escrito y dirigido por Antonio López López alias "El López", proclamando que este insigne anarquista malagueño ofrecería una verdad diáfana e hiriente del opresor sistema  que vive la sociedad rural. "El discurso con el que nos deleitará este notable anarquista, de verborrea sencilla pero lapidaria, no dejará a nadie indiferente  pues ya está sembrada sobre España la semilla de la revolución obrera y campesina. Acude al teatro nuevo el sábado 26 de junio. Tu presencia es nuestra lucha, Tu corazón nuestro martillo exterminador de la injusticia social. ¡Viva la anarquía y viva Bakunin!" Sin embargo los otros dos medios, Avante y La Iberia no hicieron ni la más mínima mención del evento, seguramente por miedo a que Don Antonio Galán Corchete, concejal de Seguridad Ciudadana , Cultura,  Educación y Recogida de Inmundicias, tomara sus propias y muy famosas represalias. 

Don Lorenzo Roldán, alcalde de Ciudad Rodrigo aceptó ceder el teatro para el "meeting" pues era un hombre dialogante, cordial y no se enteraba de nada para desgracia de su equipo de gobierno que protestó airadamente la decisión argumentando que se iba a liar muy gorda. Antonio Galán, sin embargo, sí vio con buenos ojos la celebración, pues descubriría quién tendría ideas díscolas entre la población rodericense. 

Allí se personó ufano el Concejal  flanqueado por tres guardias municipales con cara de susto y preparados, muy a su pesar, para sacar la cachiporra si las cosas se torcían.

- Toma nota Manolo: Nicolás el zapatero, Pepo el cantinero de la Taberna "El chiquito", jornaleros de Fuensalubre y Matapuercos...

Manolo el guardia, sofocado de tanto escribir,  tomaba nota de aquellos que le dictaba su jefe a escasos metros de la puerta del teatro. El dictado no era arbitrario sino selectivo pues no todos los que entraban al teatro eran señalados por Antonio. Estaba claro, se iba a liar muy gorda.

Entre todo este batiburrillo de personas con ideas dispares, los estudiantes del Colegio San Cayetano, Gabriel San Juan Paniagua, Isidoro Sánchez Jorreto y Jose María Gómez-Cosio también acudieron al teatro para escuchar con atención al Sr Atienza.

-¡Pero qué hacen estos tres imbéciles aquí!-,  exclamó Antonio sin dar crédito a lo que veía.
-¿Los apunto en la lista señor Concejal?-, le interrumpió Manolo el guardia.

Efectivamente, estos tres jóvenes estudiantes, héroes en la inundación del barrio del Puente aquel aciago 22 de diciembre, acudieron al teatro sin tener demasiado claro por qué estaban metidos en ese berengenal. Don Celorico Muñoz Toribio, su profesor de Historia y Arte había animado a los alumnos para que acudieran al discurso del anarquista pues, según sus palabras, no estaría mal que escucharan ideales de diversa índole para que tuvieran un sentido crítico en tendencias políticas que barruntaban una España tormentosa en un futuro no demasiado lejano.

-¿Usted irá profesor?- le preguntó Gabriel en una ocasión.
-¿Yo? No lo creo. Además tengo cosas más importantes que hacer.

Gabriel, el joven poeta que aún no había escrito un verso, pero que así se autodenominaba especialmente entre las mozas de su edad, comentó a sus dos amigos de camino hacia el teatro que él ya se consideraba un anarquista del anarquismo por aquello de enfatizar sus ideales. José María le corrigió diciéndole que eso era como hacer una doble negación y que ser anarquista del anarquismo podría significar ser el conservador más conservador de los conservadores.
Gabriel pensó en ello y después de unos segundos dijo:
- Está bien. Entonces soy... anarquisista. Y estoy pensando seriamente poner las bases de este nuevo ideal: el anarquisismo. ¿creéis que tendrán seguidores mis ideales?. Jose María prefirió no contestarle pero Isidoro le dijo:
- Sí, a buen seguro un porrón.

El discurso de Sr Atienza en el teatro nuevo, con plateas, palcos y foros a reventar, fue cuanto menos decepcionante en sus inicios. Se le notaba nervioso y tenso, quizás sabedor de haberse metido en una zorrera sin salida. Donde esperaba un aplauso enfervorecido de la masa se producía un silencio mortal interrumpido por algún carraspeo. Viendo que los aplausos del personal no se arrancaban, los organizadores del evento, unos salmantinos universitarios de implicaciones políticas revolucionarias, lanzaron algún vítore entre alguna soflama del propagandista. El Sr Atienza, sabedor que sus armas más demoledoras era machacar a la iglesia y a la monarquía, no demoró en lanzar sus perlas más preciadas mientras pensaba para sus adentros "si consigo movilizar a esta masa de borregos quizás la revolución anarquista del país nazca  en este pueblo de mierda". Y efectivamente se produjo la microrevolución pero no en la dirección que deseaba el Sr Atienza y sus palmeros universitarios. 

Mientras este incendio humano se barruntaba en el teatro nuevo un hombre miraba admirado la belleza de la casa de los Miranda Ocampo entre la Calle Sepulcro y las Cuatro Calles. Seguramente sin él saberlo, o quizás sí, esperaba un tiro certero en la sien del asesino renacentista que le había elegido como víctima para regar con su sangre la calurosa noche veraniega de Ciudad Rodrigo. La misma noche que casi sale apaleado por la masa enfervorecida el anarquista furibundo.

PRÓXIMO LIBRO
EL ASESINO RENACENTISTA DE LAS CUATRO
CALLES


Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. O no, no sé.



miércoles, 16 de septiembre de 2015

LA EDUCACIÓN RURAL EN NICARAGUA: ENTRE LA REFLEXIÓN Y LA ESTUPIDEZ DE COMPARAR

Una vez que terminó mi viaje a Nicaragua y vivir en primera persona el extraordinario trabajo que la asociación "Hijos del Maíz" realiza en San Blas, una población rural muy cerca de Granada, quiero compartir en este Blog un vídeo que realicé en la escuela pública de El Sitio, en San Blas.

Esta escuela pertenece a un conjunto de centros rurales de aproximación geográfica (lo que en España serían los CRA en Ed. Infantil y Primaria) que reciben el nombre de NEER cuya cabecera es el Centro Educativo  Berta Pacheco.

Los centros están en el ámbito rural de Nicaragua. He aquí el primer punto de distinción. Si hablamos de entornos rurales en Nicaragua no podemos equipar en nada a los ámbitos rurales en España. No describiré estos puntos de distinción pero se pueden imaginar: pésimas comunicaciones, carencia de servicios básicos y un largo etc.


Con respecto a la escuela, esta en concreto, comparte horario de mañana y tarde, acudiendo los "chavalos" de primaria en horario de mañana y secundaria en horario de tarde. Los grados son fáciles de entender: de 1º a 11º (1º-6º Primaria, 7º-11º Secundaria)

Las carencias en cuanto a recursos quedan reflejadas en este vídeo pues tuvimos la suerte y la disposición para que dos profesoras se secundaria, M Elena y Gemma, nos explicaran este déficit de materiales e infraestructuras básicas. Hablamos de luz, de pupitres, y de servicios. Eso ya nos da una idea de la situación. Creo que sobran todas las palabras y explicaciones. Si se visualiza este vídeo, un poco largo pero creo que interesante, nos podemos hacer cargo de la situación.

He escuchado cientos de veces la frase "estamos para quejarnos aquí viendo lo que hay allí". Decir que en cada lugar las circunstancias son diferentes por tanto no equiparables y que todo lo que suponga una mejora siempre será bien recibida y que si es menester debe reclamarse todo aquello que sea susceptible de mejora. Otra cosa diferente es la queja por la queja, la excusa de no hacer porque no tengo; esa sinceramente me repele y también la he escuchado con cierta frecuencia. Y de eso creo que podríamos aprender muchas cosas de los docentes nicaragüenses del El Sitio. Nos sorprendió como, ante la necesidad de un templete que sirva de escenario para sus actos culturales, lo construyen entre toda la comunidad con botellas rellenas de arena, piedras y cemento que compran vendiendo dulces. Todos participan con entusiasmo  por llevar a cabo este proyecto, aunque en sus ojos se refleje la decepción de no recibir los apoyos institucionales que se merecen. Esa es una de la lecciones más grandes que he aprendido.


viernes, 17 de julio de 2015

EN LA TIERRA DE LOS VOLCANES

Repasando un blog tan ecléctico como este, nutrido no solo de experiencias formativas u opiniones educativas, sino también de incursiones literarias aliñadas de un escasísimo talento, le faltaba una experiencia de un viaje único e irrepetible a tierras lejanas. Tan lejanas como que traspasaré el inmenso océano atlántico para arribar a la tierra de los volcanes y los lagos: Nicaragua.

Me marcho un mes como cooperante con la Asociación "Hijos del Maíz", ONG nacida en Ciudad Rodrigo tras el desastre del Huracán Mitch donde con una labor increíble en sus pocos años de existencia han conseguido dar al distrito de San Blas, a diez kilómetros de Granada, una escuela de Ed Infantil con 34 alumnos, un comedor escolar que garantiza una comida diaria a todos los niños de la población, un dispensario médico, una biblioteca, un aula de informática y una explotación agrícola para el abastecimiento y subvención propio.

Así pues, con una maleta cargada de ilusiones y alguna que otra cacharrería tecnológica, me dispongo a iniciar esta aventura en el cual desempeñaré la labor que se me asigne: formación del profesorado, trabajar con los niños de Ed Infantil (no soy especialista pero lo supliré con las ganas y la ilusión) o cargar con bananas, melocotones, aguacates o papayas.
Todas estas experiencias las volcaré, si son educativas, en el blog http://formacionhijosdelmaiz.weebly.com/ o si son más personales, de viaje, o de choque cultural en el blog http://enlatierradelosvolcanes.blogspot.com.es/.
Dejo este vídeo si alguien quiere saber más sobre la asociación y la labor que se desempeña.

lunes, 27 de abril de 2015

LAS LEYENDAS DE GIRALUNA. COMPLETO

Hoy quiero presentaros a Giraluna, ¿y quién es Giraluna os preguntaréis?. Leed y,  sobre todo escuchad, si queréis descubrir la leyenda que os mostraré en seis partes.

"En la surcada tierra de labranza un girasol solitario se alzaba mirando la luna llena. No era cierto que diera su espalda al sol; solo meditaba en soledad y bebía el mosto de la luna que no cegaba. Y giraba con la luna que acunaba su sueño y giraba con la luna que miraba ensimismada la belleza de su flor, y giraba con la luna porque su nombre era Giraluna" (Las leyendas de Giraluna")

Catorce años después de escribir "Las leyendas de Giraluna" creo que ha llegado la hora de publicarlo. Han sido años de guardar con celo unas leyendas que hoy verán la luz. Este será el deseado momento de replicar las misma palabras que un girasol solitario alzaba la voz contra sí mismo y que, posiblemente, jamás tuvo escucha.


"Yo quiero mirar el cielo ahora que mi raíz 
se ha hecho fuerte en esta desencantada tierra. 
Quiero mirar con calma el vuelo de los pájaros. 
Quiero sentir como esta tenue luz me da relieve 
para ver los montes más altos. 
Sí, quiero mirar el cielo ahora que tengo fe 
para ver espacios abiertos 
respirando la luz que da al sueño vida 
y a la vida un sueño"
(Las leyendas de Giraluna)






lunes, 2 de febrero de 2015

DECISIONES IMPORTANTES PARA EVITAR CHURROS EN FECHAS MEMORABLES

La preparación de un evento escolar conlleva una serie de decisiones grupales que precisan de, al menos, dos o tres reuniones previas ya que son muchas las  propuestas que pululan por la mente del docente: cómo disfrazamos a los niños, en qué lugar del pasillo colocamos las bolitas, banderas u otros artefactos decorativos, de cuanto tiempo de actuación disponemos para el evento global... Por aquello de no ser sometido a un régimen dictatorial y evitar follones de egos estas reuniones se fagocitan en las sesiones de coordinación de ciclo; excelente decisión en la gestión de tiempo. Con cinco minutos lo dejamos listo y pasamos a decisiones de índole pedagógico, didáctico, metodológico, innovación,  estrategias, mejoras para el aprendizaje: razón esencial de las reuniones de coordinación, supongo.

El primer problema (siempre hay problemas) es que tenemos colocadas una montonera de fechas memorables en el calendario que se van concatenando, incluso solapando, unas con otras: castañada, día de la paz, navidades, operación bocata, carnaval, excursiones, acto final de curso... El segundo es la alabada gestión de tiempo: de cinco minutos nada. Son tantas las cuestiones de importancia  vital que se dedica todo el tiempo, en la mayor parte de los casos, a decidir estas propuestas para que no quede como un churro. Y el churro es la peor de la valoraciones; es la espada exterminadora que valora nuestra implicación docente con el centro y con las familias.

Estos eventos, en mi opinión, no deberían exponerse como algo baladí o secundario pues bien tratados podrían conceder al alumno el protagonismo de ser él mismo quien organice, prepare, decida, ensaye. Podemos desarrollar su creatividad si  se trata  de realizar decoraciones, desarrollar su expresión artística, si conlleva actuaciones. No digamos si lo que tenemos previsto es una excursión: investigación de los lugares a visitar, cultura emprendedora para obtener fondos(esto lo paso de puntillas), itinerarios, presupuestos. Interesante también el trabajo que viene después de la excursión de marras: recogida de material gráfico, experiencias descriptivas y narrativas, presentaciones públicas sobre lo aprendido, presentaciones para colgarlo en el blog, podcast...

Sin embargo el poco o nulo protagonismo que se le concede al alumno, tratado en muchos casos como objeto receptor  u objeto vinculante al evento, anula su protagonismo en estas efemérides . Hemos llegado al núcleo del problema: yo organizo y tú, te guste o no, haces. A remate, qué mejor que dedicar las sesiones de coordinación pedagógica a decisiones  antipedagógicas que forman bucles que se repetirán año tras año. 

Todo esto me recuerda a aquel singular jefe que cuando las reuniones se presumían extensas soltaba la perla, "... todos tenéis estudios y todos queréis intervenir y la reunión que tenía prevista prevista en cinco minutos se va a convertir en una castaña y no de magosto precisamente: me voy a fumar. Cuando terminéis de discutir chorradas me avisáis"