domingo, 17 de febrero de 2019

Cómo organizar un ABP en nueve pasos y que me salga bien en nueve años

Aprender por Proyectos forma parte de una estructura metodológica o manera de enseñar y aprender que despierta el interés de muchos docentes.
Es recurrente decir que, con el aprendizaje por proyectos, el alumno pasa a ser el protagonista de su aprendizaje y deja de ser el sujeto pasivo de la enseñanza tradicional de instrucción directa. Damos por hecho que esto mejorará  su aprendizaje ya que llegamos a dimensiones como; la metacognición (consciencia de lo aprendido) o la transferencia al mundo real, aspectos ineludibles si queremos llegar al aprendizaje significativo.


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Otros aspectos actitudinales e inclusivos estarán presentes ya que al tomar protagonismo el alumno en estas “nuevas”  secuencias de aprendizaje le dará una motivación no encontrada hasta el momento. Los estudios en neurociencia corroboran que emoción y aprendizaje van unidas de la mano. Aquí hay sectores escépticos y creyentes. Yo me incluyo en el segundo grupo por experiencia directa, pero eso es otra historia.


De esta forma no encontramos motivos para no implantarlo ¿verdad? Pues hasta aquí compro todo ya que sería muy poco profesional no hacerlo o al menos no intentarlo expuestos estos motivos.
Sin embargo el aprendizaje basado en proyectos, desde la experiencia personal, no es sencillo de llevar a cabo por numerosas razones:
- Estructura sistémica educativa excesivamente burocratizada.
- Currículos educativos encapsulados en áreas de conocimiento sin transferencia ni interdisciplinariedad.
- Acomodo a un método de enseñanza dirigido con fuentes de conocimiento basado en el libro de texto y secuenciado en temas sin relación argumental ni transferencia al mundo real.
- Zona de confort docente repitiendo cíclicamente los mismos temas, tareas y ejercicios que dificulta alianzas.
- Comodidad a la hora de utilizar instrumentos de evaluación basado en el resultado y no en el proceso (exámenes o controles)
- Imposibilidad en muchas ocasiones de contar con dos docentes por aula, algo muy recomendable si se quiere implantar el aprendizaje por proyectos.
- Nulo o pésimo material tecnológico, bien por escasez presupuestaria de la administración, por dejadez del propio centro, o por falta de formación.


Podríamos seguir añadiendo a la lista infinidad de razones pero no por ello debemos abandonar la búsqueda de una mejora  si desempeñamos nuestra tarea como profesionales y no como meros aficionados. Pero antes de embarcarse en pantagruélico cambio es importante tener algunas cosas claras no sea que los resultados esperados, lo que vendieron los expertos o las mágicas recetas, no surtan el efecto deseado y sientas engaño o frustración por semejante fiasco. Es cierto que desconfiar de todas las experiencias de proyectos que encuentres por la red no sería justo, pero sí con algunas, debemos tomar prevenciones ya que puede ser que detrás de ellas haya:
- Experiencias frustrantes detrás de la exitosa que muestran.
- Proyectos ficticios que nunca se llevaron a cabo.
- Proyectos que enseñan un producto final sin documentar ningún proceso ni evaluación del mismo.


Aún así es verdaderamente encomiable encontrar docentes que ofrecen públicamente todo el proceso seguido, que argumentan su experiencia y que ponen a disposición todo su material y herramientas que les han sido útiles.


Y en eso ando ahora mismo, en recopilar, secuenciar y mostrar por pasos cómo podría llevarse a cabo el ABP, basándome en recursos proporcionados por otros docentes y en la propia experiencia no sin antes decir que:
- ABP, no es la única metodología. Todas, hasta, a veces, las más instruccionales tienen su cabida.
- Que iniciar ABP sin haber tenido experiencias de aprendizaje cooperativo en el aula es un error.
- Es imprescindible contar con un equipo docente para llevarlo a cabo. Hacerlo solo aumentará el nivel de esquizofrenia en el Centro.
- Y para mí, lo más importante. Puedes ser el docente más innovador del mundo (Flipped, robótica, STEAM, ABP, Inteligencias múltiples, gamificación...) que si no valoras y refuerzas el autoconcepto de tus alumnos, no te acercas al mundo de sus emociones y no empatizas con ellos, toda esta innovación habrá servido para nada.

Por último decirte que implantarlo sobre el papel son nueve sencillos pasos ( en la imagen lo he resumido en siete) pero alcanzar el éxito... ¿pueden ser nueve años?