viernes, 7 de junio de 2013

LA FORMACIÓN EMOCIONAL

Siempre he creído que el motor, gestor y liderazgo de cualquier proceso formativo debe residir en el Centro Educativo justificando el porqué del itinerario elegido, y avalado por un proyecto didáctico de implicación directa en el aula. Más allá de esta creencia está el colectivo específico de docentes, por ejemplo de música, que no podrá atenderse desde ningún colegio o instituto. Así pues, formar colectivos de materias específicas, es una obligación profesional y casi moral que debe atenderse para mejorar nuestra educación. Pero no de cualquier forma, debemos ir más allá; debemos propiciar el intercambio de  experiencias, de vivencias, el tú a tú. Es decir, debemos tocar nuestra gran asignatura pendiente: la formación emocional.  Pero esto, no es sencillo

Sentir emociones fuertes como asistente de  una actividad formativa  dentro del estandarizado formato denominado curso o cursillo (término que suena altamente peyorativo)  se me antoja complejo. Si al inconveniente del horario añadimos  una pésima elección de contenidos, un ponente que juega a ser profe de universidad o un tema que no se acerca ni de lejos a la demanda real del profesorado, habremos garantizado el aburrimiento absoluto y la auto expulsión del asistente para no volver jamás.  Poniendo atención en que esto no se produzca, no sería difícil acertar en el formato como organizador si pensamos "si yo fuera asistente, ¿qué me gustaría escuchar? ¿ qué grado de participación me gustaría tener?". Aún así, me faltará provocar la emoción.

Para solventar algunos de estos inconvenientes el Siglo XXI nos ha proporcionado la maravillosa posibilidad de tener herramientas que me proporcionen una formación ubicua llevándola a cabo cuando me dé la real gana, dentro de un límite, y en el momento más idóneo para leer  documentos en formato pdf, ver un vídeotutorial o descargar una presentación. Y todo ello mientras saboreo un delicioso café casero, escucho música a todo trapo y minimizo ventanas para atender también el correo electrónico y la prensa deportiva. Hablo de la formación "on line" que, con una secuenciación adecuada, una tutorización atenta y sobre un tema conciso cumple un servicio. Pero la emoción más grande residirá en el apagado del ordenador.

Una modalidad en boga es la formación  B-learning, el Pinto y Valdemoro, el quiero y no puedo a la cual nos hemos subido al carro en estos últimos tiempos. Estoy hablando de "aulas virtuales" que para cerrar círculo y ofertar una formación de calidad se completa con horas que no se hacen exigiendo una aportación y una participación que justifique la ausencia presencial. Llegado a este punto es dónde me gustaría poner énfasis y analizar si realmente se está ofreciendo calidad formativa. En ocasiones los criterios de certificación (entra cinco veces, participa en el foro dos veces y cuelga un archivo) nos invitan a racanear o a contabilizar mentalmente nuestras entradas. Un claro indicador de esto es  cuando se lee en los foros de obligada participación "esto que se está comentando es muy interesante y yo opino lo mismo". Es decir, aprendizaje emocional: cero.

Siempre tuve el reto de organizar una actividad formativa que pudiera proporcionar emociones, implicación, ganas de participar, pasión por lo que se está haciendo, por lo que se está educando, disfrute, alegria, diversión, sentimientos y felicidad con mayúsculas. Puedo dejar esta tarea tranquilo porque creo haberlo conseguido y sentirme orgulloso de haber sido partícipe y organizador de una actividad que generó toda esta corriente de emociones y tocar la gran asignatura pendiente La formación emocional que jamás podrá ser encontrada en la formalidad y la virtualidad. Afortunadamente vivo en una comunidad autónoma (Castilla y León) que permite y alienta estos encuentros sin ostentosidades ni parafernalias, con sencillez y humildad. Con coordinadores implicados (@anuska72 @30im @emiliomartinser @camrensancr),  ponentes cercanos, de altura,  con creencias firmes en lo que hacen, dicen y realizan como @mariajesusmusic @flosflorum @angelalsasua @_antoniodomingo @begodanzas @jmonteo, y por último, todos los docentes de música que participaron en el encuentro Musitictac de Ciudad Rodrigo el 3 y 4 de mayo podemos mover el mundo. ¿No te lo crees? Pues mira estos vídeos y luego me dices: