miércoles, 22 de octubre de 2014

SOY MASOCA Y ME ENCANTA CORREGIR CUADERNOS

Una praxis habitual, estandarizada en Centros educativos, es someter a corrección una ristra de cuadernos abiertos en canal  para llevarse el  provechoso trabajo de señalizar  los numerosos errores que los imberbes cervatillos  cometen en sus escritos, dictados o cuentas algorítmicas. 

El cuaderno se verá  sometido a un frenesí de rayujos con boli rojo sangre como marca del errático documento presentado por el alumno. Hecho esto y devuelto el manuscrito pueden suceder dos cosas. La primera es la nada más absoluta y que el alumno/a vea decorado en bicolor su cuaderno con flechas, espirales, equis y "emes" o "bes" gigantes. La segunda, más dramática, es que para retroalimentar el aprendizaje, el alumno corrija el error haciendo la cuenta nuevamente o copiando la palabra correctamente una, diez, o cien veces; todo depende del humor del docente.

Bien, es evidente que estoy exagerando y que esto corresponde a una educación del pasado y que, a buen seguro, ya no se dan estos casos. ¡Por Dios, estamos en el S XXI!

Lo cierto es que esta práctica de la corrección, de seguir haciéndose, estará avalada por  alguna teoría psicopedagógica que desconozco y que corrobore que el aprendizaje del alumno, para que sea efectivo, deba verse sometido a esta praxis.
He leído resumidamente algo de Montessori, de Dewey, de Vigotsky, de Freire... incluso de Skinner y no he encontrado nada. Lo he buscado con ansiedad y nada. (Para ser honesto han sido lecturas sesgadas, muy en diagonal y fuera de la franja horaria dedicada al sueño) 

¿Alguien puede ayudarme y decirme dónde está ese trabajo de campo que avala la mejora del aprendizaje con un modelo de corrección hecho a golpe de boli rojo? Pido por favor que me digáis dónde puedo encontrar ese documento o teoría que me convenza. No quiero ni pensar que el docente solo corrija por el hecho de justificar su ímprobo trabajo ante la administración o los padres del alumno. No, supongo que no, que no será por eso. Entonces... ¿no será que el genotipo del docente es un poco masoca y que le encanta corregir? Estoy hecho un lío. No sé, puede que nos obsesionemos con corregir soluciones y no prestemos atención a la corrección de  los procesos

Quizás alguien pueda pensar que si no se corrige entramos en el Ad libitum, en el colapso del aprendizaje y de la educación formal, pero... insisto, dadme ese estudio por favor.