viernes, 29 de agosto de 2014

LA INUNDACIÓN DE 1909 Y LOS CRÍMENES DEL RENACIMIENTO

Aparentemente estas dos frases unidas por una conjunción no guardan ninguna coordinación ni segmento argumental que puedan explicar la truculenta historia que a principios del S XX asoló  Ciudad Rodrigo. Los historiadores corrieron página  aduciendo no tener pruebas suficientes para verificar los espeluznantes crímenes acontecidos y, de forma negligente, no quisieron ahondar en una de las páginas más negras de la historia criminalista de España.

Poca gente conoce los hechos reales que sucedieron en Ciudad Rodrigo entre 1910 y 1911. Las gacetas locales de la época, Avante y La Iberia, omiten a instancias e incluso amenazas del Concejal de Seguridad Ciudadana, Antonio Galán Corchete, una serie de crímenes que suceden en los palacios renacentistas de Ciudad Rodrigo atemorizando a toda la población mirobrigense. Un tercer diario, Columnata Farinata dirigido por el peculiar personaje Antonio López López, alias "El López",  sí se hace eco de estos hechos salpimentando con estilo mordaz e irónico,  las responsabilidades que las autoridades municipales deben asumir para dar con el criminal. Se ceba especialmente con el Concejal Antonio Galán llamándole aprendiz de cacique o tendero de ferretería (esto último totalmente cierto) y justificando su animadversión con un ¡Viva la anarquía! al terminar todos sus artículos de investigación criminal.

Lo curioso es que el maquinador, artífice y ejecutor de los misteriosos asesinatos planea de manera meticulosa sus crímenes dejando pistas que se relacionan con el lugar donde aparecen los "supuestos" fiambres (y no de porcino precisamente).

Isidoro Sánchez Jorreto, Gabriel San Juan Paniagua y Jose María Gómez-Cosío , son tres alumnos bachilleres que preparan sus estudios de acceso a la universidad en el Seminario de San Cayetano de Ciudad Rodrigo. Los tres admiran a su profesor de historia Celorico Muñoz Toribio; un singular profesor que no da clases de forma magistral como sus otros colegas. Sus enseñanzas son al aire libre, en la biblioteca, en los archivos catedralicios y municipales. Plantea retos a sus alumnos que deben resolver en grupo investigando y descubriendo por  experiencia propia para que sea "su cerebro y cerebelo los que despierten del letargo" ( como él mismo insiste en todas sus clases). El propio profesor lo llamaba: Aprender por Retos y pese a que quiso instaurarlo como metodología educativa mandando numerosos  estudios experimentales a diversas editoriales de pedagogía,  sus artículos acababan en la papelera del editor contestándole cortésmente con una negativa  al ser una metodología  arcaica, de poco calado y muy poco actualizada a los tiempos modernos de la sociedad industrial. Algún editor se despidió incluso con un "estás pirao majete" como posdata

Vamos a los hechos. Todo empezó para estos tres jóvenes un 22 de diciembre de 1909, el día que el Arrabal de Puente sufriera la mayor inundación de su historia. Los tres participaron con valentía en el rescate de algunos vecinos arrabaleños que se negaron a abandonar sus miserables albergues y pertenencias. Sin conocerse de nada participaron en las labores de rescate, incluso Isidoro  estuvo a punto de perder la vida. Ahí comienza una amistad que se hará duradera e inquebrantable cuando, casualidades del destino, los tres coinciden en las clases del Seminario. Juntos se enfrentarán al reto más difícil que ha planteado el profesor Celorico: descubrir al asesino del renacimiento.


PRÓXIMO LIBRO
EL ASESINO RENACENTISTA DE LAS CUATRO CALLES



* Los personajes descritos en cursiva y la Gaceta "Columnata Farinata" son ficticios. Tan ficticios como que no existieron nunca pero si no salpimentamos la historia... ¿que quedará de esta ciudad renacentista condenada a vivir en una esquina?.