miércoles, 30 de mayo de 2012

LA RUTA DE LOS CONTRABANDISTAS

He tenido que remover Roma con Santiago para encontrar este Proyecto "La ruta de los contrabandistas".
El hecho de llevar a cabo esta pertinaz búsqueda  es por haber transcurrido siete años y no encontrar los archivos de vídeo en ningún CD.
Cuento brevemente la historia. En aquel momento se ofreció al Centro donde trabajaba la oportunidad de participar en un proyecto INTERREG III. La elaboración de un material conllevaba obtener  a cambio un material  tecnológico: un ordenador, un proyector y una cámara digital SONY Handicam. La oferta era muy atractiva y nada desdeñable. Yo dije que me hacía cargo de "algo" con tal de obtener tan preciada recompensa. Formamos un Grupo de Trabajo y.... manos a la obra. Mis compañeros mostraron todo el apoyo moral y los ánimos necesarios para llevar a cabo semejante empresa. Así pues, después de estrujar pensamientos en soledad (el brainstroming era en ese momento una gilipollez sin fundamento)  se me ocurrió implicar a los alumnos en un documental de la zona utilizando como eje de contenido la ruta de contrabando que se utilizaba entre los años 50 y 80 fundamentalmente. Eso nos daba pie a conocer caminos, entorno natural, historia, etnografía, leyendas e historias de los lugareños que nos hicieran rememorar aquellas noches de frío y miedo. Y así nació "La ruta de los contrabandistas" con un apoyo moral sin precedentes, con una cámara digital miniDV y con siete alumnos del primer ciclo de secundaria.
Propuse realizar unas cuantas exploraciones por la zona para diseñar rutas y reconocer lugares interesantes de filmación. Lo mejor sería hacerlo en un par de sábados por la mañana. Advertí al Grupo de Trabajo que no sería necesario que vinieran todos los componentes  pues entendía que cada uno podía tener obligaciones, compromisos y bla bla bla.
El primer sábado me quedé solo. En ese momento entendí el significado del apoyo moral. Después del consiguiente cabreo que no puede exteriorizar más que con los plataneros de la callejuela del colegio pensé: "teniendo alumnos ¿para qué necesito a profes?". Para el siguiente sábado  invité a aquellos alumnos que quisieran  realizar una segunda ruta de exploración. Y allí estaban los siete con sus bicicletas, algunas descatalogadas del mercado cicloturístico, y echándome la bronca por llegar tarde cinco minutos.
El trabajo en el aula se redujo a una hora semanal que sacaba a duras penas de las horas de música y artística. Como las Competencias Básicas no existían y mucho menos el currículum integrado, las horas dedicadas a este proyecto pasaban por el remordimiento de quitar tiempo de tu materia para entrometerte en otras áreas en las cuales nadie te dio vela excepto para apoyarte moralmente. Así pues el trabajo en clase con los alumnos quedó reducido ostensiblemente pese a su enorme voluntarismo y motivación por el proyecto. Elaboré el guión, lo ensayamos, organizamos las rutas, grabamos los sábados, colaboró el padre de un alumno...
El resultado de todo fue un vídeo reportaje de unos cuarenta y cinco minutos que Jonathan, Mikel, David, Noelia, Mónica, Jorge e Iván no han olvidado todavía y que siguen manteniendo en su memoria.



¿Cómo hubiera sido hoy el mismo proyecto?

En principio esa mano intervencionista del docente hubiera perdido todo protagonismo y serían los alumnos los verdaderos actores y hacedores (sirva esta reflexión como autocrítica) 
La web 2.0 estaba en esa época (lo digo como si fuera del pleistoceno) en proceso de Brainstorming. Las Competencias Básicas  no habían hecho acto de presencia y nadie preveía el cataclismo que estas producirían en las programaciones con aquel frenético baile de cruces por doquier y sin conocimiento. Los aprendizajes colaborativos y por proyectos eran teorías pedagógicas de teóricos que dormitaban en la utopía. El constructivismo del aprendizaje era una monumental chorrada solo útil para Ed Infantil. Sin embargo ahora muchos docentes ( ¿realmente son muchos?)  han introducido con extraordinaria constancia y motivación estos cambios que nos ha brindado la tecnología, la profesionalidad y el sentido común. Cualquiera de estos docentes, y creo que me incluyo, hubiera utilizado herramientas como google docs para elaborar el guión en común con los alumnos, se hubieran realizado previamente las rutas a través de Maps y Earth, se hubiera elaborado un Blog en el cual se reflejen experiencias del profe  y de los alumnos, se hubieran cargado los fotos en Panoramio, se hubiera utilizado Edmodo o similar como herramienta comunicativa de recursos y de documentación. Se hubiera utilizado el spmartphone para realizar actividades de geolocalización, los alumnos hubieran hecho sus presentaciones con el material fotográfico recogido, se hubieran hecho entrevistas, podcast, se hubiera dado cuartelillo a los lugareños para que contaran sus experiencias montando una radio escolar con spreaker, se hubiera volcado el vídeo en tiempo real en You Tube, se hubiera utilizado y mucho el cuaderno y el bolígrafo... y así un largo etc. Eso sí, las bicicletas hubieran sido las mismas, al fin y al cabo solo han pasado siete años ¿ verdad? Lo que verdaderamente es una lástima es que el lector de este artículo es el que hubiera hecho  todas estas cosas y a mí me hubiera encantado que lo leyeran los que apoyan moralmente y no hacen ni el huevo (salvo exámenes y libro de texto; entiéndaseme).
En seguido lejanamente la pista a los siete alumnos: uno es peluquero, otro pastor, otro mecánico, otro se dedica a la madera, el otro se estancó en Bachillerato y las dos chicas, eso sí, están en la universidad  a punto de graduarse. Y mis compañeros de Grupo, que nadie se lleve a engaño, unos excelentes profesionales, quede claro.

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